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"COMO LA MARIHUANA TERAPÉUTICA"

“El humor es como la marihuana terapéutica”. A esta conclusión llega Quique Matilla al hablar de lo que es el humor para él. Sería una forma de olvidarse de todo lo malo y disfrutar del espectáculo que hemos ido a ver. "Disfrutar y olvidar".

 

Nos reunimos con el cómico y humorista Quique Matilla, en la Chocita del Loro, en la Gran Vía de Madrid. Allí nos sentamos en el Café&Té que se encuentra al lado del hotel donde se ospedan los cómicos que viajan hasta allí para actuar.

 

Instantes después de esta entrevista, el humorista se subirá al escenario tras un largo viaje desde Asturias, donde reside, aunque él es de Valladolid; la ciudad que más cómicos tiene que hayan grabado en Paramount Comedy, como nos asegura él mismo.

 

 

Pregunta: ¿Cómo definirías tu humor?

 

Respuesta: Muy para toda la gente muy. Muy blanco; dentro de que toque todos los temas, pero muy blanco. No soy de los que les gusta, y además lo hacen bien, remover un poco la conciencia o punzar a la gente. A mí me gusta verles reír, que se lo pasen muy bien, que se descojonen y ya está. Muy simple, mi humor sería eso, muy simple.

 

P: Para todos los públicos.

 

R: Sí. Bueno, si los niños pueden no entrar, mejor, pero sí.

 

 

P: No vives en Madrid, ¿cómo se lleva estar viajando tanto, de un lado para otro?

 

R: Como son tantos años haciéndolo ya es automático. Además, como tengo un crío pequeño, ahora lo agradezco casi porque las horas en las que puedo concentrarme para escribir y para trabajar son las horas que voy en autobús, en tren...

 

 

P: En este sentido, hemos dicho que has grabado siete monólogos para Paramount Comedy, ¿cómo te llegan las ideas para escribir?

 

R: Depende. Lo suyo es ponerse a escribir, y lo que decían de que las musas te pillan mejor si estás trabajando, es verdad. pero, por ejemplo, primera vez que actué, me convencieron para que me apuntara a un concurso de monólogos, y no sabía cómo se hacía un monólogo, qué iba a contar, ni nada. Entonces ahí la forma fue: dejé folios encima de la mesa de mi habitación y todo lo que se me iba ocurriendo medianamente gracioso y que no fuera un chiste de toda la vida, que fuera algo que se me había ocurrido a mí, lo iba poniendo. Y cuando lo leí vi que todo era, porque tenía 23 años, de salir de fiesta, de vaya borrachera que me he cogido, de intentar ligar y no conseguirlo... Era todo una noche de fiesta, y al final el debut fue por eso.

 

P: Las ideas llegan todas de golpe o más espaciadas, ¿no? Según la situación.

 

R: Hay veces que encuentras un filón sobre un tema, que además no te suena que nadie lo haya tocado, y en ese momento tienes que ponerte y escribir y sacar todo lo que puedas porque ese momento es genial. Pero si no, yo ya directamente, ahora por ejemplo que he estado haciendo un programa para la televisión vasca, es ponerte y obligarte. Se lo decía yo al director del programa, “esto es comedia de supervivencia", hay que hacer un guión gracioso para cuando sea hacerlo. Y con las herramientas que vas teniendo al final acabas aprendiendo a hacer humor de casi cualquier cosa, o por lo menos a intentarlo y que la gente se ría un poquito.

 

 

P: ¿Te has encontrado en alguna situación en la que estés actuando y pienses que lo que estás contando es muy bueno pero la gente no se ríe nada?

 

R: Un montón, un montón de veces. El otro día estaba recordando batallitas con un compañero, Alex Clavero, y tú te acuerdas de las batallas que has perdido, que son las más graciosas. En las que haya salido todo bien y guay pues ya está recompensado con el aplauso del público, y con que te paguen lógicamente.

Pero ha habido bolos, que son los peores, porque cuando la gente te está escuchando y no sabes por qué no reaccionan tanto o de la manera que tú esperas, sales cuestionándotelo todo. Diciendo, pues igual esto es una mierda, esto no vale para nada, empiezas a leer el texto y dices ¿si esto ha sido gracioso hasta ahora, por qué no va a serlo? Pero viene bien porque si eres crítico contigo mismo le das un repaso a todo el texto, refrescas algunas cosas, que quizá llevan mucho tiempo contigo, y ya es el momento de jubilar ese gag, que es muy gracioso pero dices, llevo haciéndolo ocho años y no me mola seguir con él. De esas sacas algo positivo.

Otra cosa distinta es que estés intentando actuar y no te dejen. Que haya jaleos, que haya unos rajando, otros gritando, unos jugando a los dardos, otros al futbolín... Esas directamente las haces, intentas que el que está atendiendo se ría, pero no te cuestionas nada. Ahí sí que puedes decir “esto no es culpa mía".

 

 

P: También has hecho un espectáculo de humor que es Humor de Protección Oficial, con otros cuatro compañeros, Nacho García, Alex Clavero, Fran el Chavo y José Juan Vaquero. ¿Qué tal fue esa experiencia?

 

R: Genial. Además, a nivel local, en Valladolid, es un continuo. Este espectáculo creo que va a ser el séptimo, uno distinto que hacemos en Valladolid siempre en fiestas. Es genial.

El primer año fue una cosa kamikaze, porque nunca habíamos actuado con otros en el escenario y no sabíamos cómo íbamos a hacerlo; qué hacíamos sin nos perdíamos, dar los pies no dar los pies, no teníamos ni idea de cómo iba a reaccionar la gente ni nada.

El espectáculo es hora y media, hora y tres cuartos, la mitad sería tiempo de monólogos, un monólogo cortito cada uno, y la otra mitad gags, situaciones, conversaciones... cosas. No se podrían calificar muchas veces ni de sketches. Simplemente es, con la excusa de separar el monólogo de uno y de otro, por obligación y por supervivencia, se te tiene que ocurrir una situación medianamente graciosa para hacerlo, entonces está muy bien. Aparte como somos amigos nos encanta hacerlo.

Es mucho agobio porque nos producimos nosotros, escribimos nosotros... Te diría que lo ensayamos nosotros, pero normalmente el primer día de ensayo es el día del estreno, tal cual, pero es un gozada hacerlo.

 

 

P: ¿Crees que tenéis un humor parecido entre los cinco?

 

R: Sí, siempre nos lo dicen: “Los de Valladolid tenéis todos un rollo muy…”, tampoco saben definirlo, porque te lo dejan siempre ahí en el “un rollo muy…”, que no sabes si eso es bueno, si es malo… ¿eso qué es?, ¿que te mola o que nos odias? porque estamos todos con el mismo tintineo. Pero yo creo que es un rollo muy pensando en el público, más que pensar en el lucimiento, o decir: “quiero que se vayan de aquí pensando que soy la hostia”, pues que salgan dándome las gracias pero de lo que se han reído. Por ejemplo, aquí en Gran Vía, que la gente se olvide de que ha pagado una entrada y que salgan dándote las gracias; y dices: “si esto, con lo que habéis pagado, es lo mínimo que podéis exigir”.

 

 

P: Sois los cinco de Valladolid, se puede considerar que sois como un frente Vallisoletano en contraposición a otro frente que habría en Castilla la Mancha, con Raúl Cimas, Joaquín Reyes, Julián López, Ernesto Sevilla…

 

R: Ellos están en un nivel totalmente distinto. Ojalá estuviéramos nosotros por ahí.

 

P: Sois como una primera generación y segunda generación.

 

R: No, pero nos dijeron una vez en Paramount, cuando grabó Juan el Chavo allí, “ahora ya es Valladolid la ciudad que más cómicos tiene que hayan grabado en el canal”. Antes era Albacete, que ya ves que dos ejemplos de ciudades de comedia, ¿verdad? Donde más salero hay, Albacete y Valladolid, de toda la vida. Es curioso.

Con alguno he coincidido grabando en el Club de la Comedia, con Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla; y con Ernesto Sevilla coincidí también porque Vaquero y Alex Clavero hicieron un espectáculo con él también aquí en Gran Vía, y frente no habría, pero en el caso de Ernesto sería un rollo muy similar también. Ellos, por los que nos contaba él, tienen un rollo muy de colegas, de amistad, de querer hacer cosas juntos.

Y además empezaron en un momento en el que la comedia necesitaba eso, alguien que hiciera cosas, que marcara caminos, y ellos marcaron un montón de caminos. Nosotros lo único que hemos hecho ha sido ir siguiéndolos; los caminos que ya están marcados por otros, tampoco hemos abierto muchos frentes nuevos, la verdad.

 

 

P: Y entre esos cuatro compañeros que hemos mencionado antes, ¿podrías elegirme a uno para cada situación de las que te voy a decir?

 

R: Seguro que sí.

 

P: ¿A quién te llevarías a una pelea?

 

R: A Vaquero, lo veo claro. O al Chavo igual, pero vamos, a Nacho y Alex como no sea para grabarla (risas). ¿Pero sería una pelea para que peleen en mi bando o en el otro? Porque si es en el otro me llevo mejor a Nacho y a Alex.

 

P: No, en tu bando, para que no haya malos rollos.

 

R: A Vaquero.

 

P: ¿Si tuvieses que ir a un funeral?

 

R: Depende del nivel de cercanía que tenga, si es un funeral de alguien que quieres ser respetuoso; pero si es un funeral que dices me voy a aburrir, a ver si llevo a alguien para pasarlo bien… (risas) No, yo creo que me llevaría a Alex, que es muy solemne para esas cosas, es muy buen chico. Cree en dios y todo, está loco. (risas)

 

P: ¿A un pleno del Congreso?

 

R: A Nacho. Además le soltaba ahí que se subiera al atril y que empezara a soltar un discurso de los suyos, porque además su estilo de comedia es eso. Arranca con un discurso que dices, ¿dónde te estás metiendo Nacho? ¿Dónde vas, dónde vas? Y al final el jodío sabe salir siempre. Así que a Nacho.

 

P: ¿Para ligar?

 

R: Hace tanto que no ligo, ya estando casado y todo. Cuando empecé a viajar por ahí iba con Alex, y por aquella época yo no tenía novia, y no sé por qué ligaba siempre mucho. No porque Alex hiciera nada, pero me lo llevaría a él por costumbre.

 

P: Como amuleto.

 

R: Sí, por superstición.

 

P: También has trabajado y colaborado con varias radios y programas. ¿Cómo ha sido tu experiencia en la radio?

 

R: Yo creo que si le preguntas a todos los cómicos te van a decir lo mismo. Es el mejor sitio, sobre todo para nosotros que el tema del monólogo, por lo menos los que yo conozco, es escribir lo tuyo y contar lo tuyo, entonces si necesitas un micro en la radio lo hay, no necesitas añadidos de la tele que a veces lo desvirtúan todo un poquito. Yo en la radio me lo pasaba genial.

Primero iba colaborando un día a la semana, un par de días, y luego en verano que se fue el director del programa de vacaciones, me dijo que si me quería quedar yo, y ahí me quedé sin tener ni idea, haciendo de técnico y todo, que la primera semana era muy divertido. Cada vez que iba a dar paso a una llamada decía: la llamada está, pero veamos dónde la hemos pasado. Y metiendo cuñas que no tocaban y canciones que no, hablando con micro abierto cuando creíamos que no… y así.

 

P: Son cosas que suenan mucho en este mundo, cuando no se conoce muy bien.

 

R: Sí. Era un desastre. Pero la radio mola mucho. Al final todo el trabajo que te dejen hacer a gusto yo creo que te gusta. Y yo he tenido la suerte de que he podido hacerlo.

 

 

P: ¿Si tuvieses que elegir radio o escenarios?

 

R: Yo escenarios. El directo me encanta. Es una sensación… Hay veces que la gente piensa que estás con el rollo de cachondeo y tal porque es parte del papel, y sí lo es, pero yo hay veces que me estoy riendo, no de lo que yo he dicho, que estoy harto de oírlo… hombre, alguna cosilla nueva que ves que encaja dices: pue smira qué bien; pero yo me río de lo que le puede llegar a hacer gracia la gente o de cómo pueden reaccionar. Me hace mucha gracia que la gente se lo pase bien. Yo no dejaría el directo, no lo cambiaría por nada actuar en escenarios.

 

 

P: ¿Sigues los programas de humor que hay en radio actualmente?

 

R: Con el horario que tengo, teniendo un peque en casa, imagínate. Alguna vez si voy en coche sí que he pillado El Mundo Today, que me gusta mucho, y a mí me fastidió mucho cuando quitaron a Gomaespuma de las tardes de Onda Cero, que para los que viajábamos eran tres horas que no había viaje. Tres horas que estuvieras donde estuvieras, enchufabas la radio ibas en el coche y se te pasaban los kilómetros solos… que Julia Otero lo hace muy bien, pero es otra cosa, y yo me quedaría con Gomaespuma.

 

 

P: ¿Qué te parece la relación que hay entre el periodismo y el humor, cuando entran en el mismo campo? Por ejemplo, en El Intermedio, con su forma de tratar las noticias.

 

R: Eso yo creo que está muy bien. Yo soy de intentar ver El Intermedio cuando puedo, sobre todo cuando estoy de bolos por ahí en hoteles y tal que me pilla la hora más o menos antes de la actuación y lo veo. Porque además hay veces que dices: joder, qué cabrones están siendo de esto que están hablando. Y no, luego te das cuenta de que ellos son los que están contando la noticia como es. En otras cadenas te lo dan dependiendo del bando político, la bandera política que lleven detrás, un poquito condicionados, pero al final la noticia como habría que darla si se la dieras a un amigo, sería de esa forma. En ese aspecto yo creo que está muy bien.Eso lo ha habido mucho siempre en EEUU. De hecho, no me acuerdo cuando fue, salió un estudio diciendo que en Estados Unidos había un gran porcentaje de gente que las noticias y la información las sigue a través de los late nights, estos programas de humor que hay, que hacen siempre un repaso de noticias; las comenten luego en serio o en broma, pero es una forma de estar informado también, de la noticia te enteras igual, y ya que te van a dar opinión, la de alguien en particular, por lo menos que te haga gracia y no que te enerve o te cabreé.

 

P: Actualmente estás haciendo el número “Si no lo digo reviento” ¿Qué tienes que decir para no reventar?

 

R: Si te digo la verdad, el título fue de estas veces que te dicen: “Oye me tienes que dar un título”, y o no me había llegado el mail, no lo habían mandado, o se me había pasado y entonces tuvo que ser un “vale, espera, ahora te digo”, y dices: joder, ¿cómo lo llamo? Y como es un rollo en el que meto mucho de nosotros y ellas, dejando claro que ellas siempre quedan por encima, quieran o no quieran, y dejando bastante peor nuestros comportamientos que los suyos. pero como había que meter también cosillas de ellas, porque no puede estar todo el rato, para que queden bien las mujeres, dando caña a los hombres, también hay que decir las cosas vuestras, así que el sentido del “Si no lo digo reviento” era un poco por eso.

 

 

P: Para finalizar, una definición de humor.

 

R: Hostia… no me lo habían preguntado nunca, dedicándome al ramo. Esto me lo tendrías que haber dicho y me habría traído algo preparado, en latín y todo.

 

P: Mejor en frío, más natural, más sentimental.

 

R: Más canallada (risas). El humor como yo entiendo, el humor que quiero que vea la gente cuando yo lo hago sería un método de olvidarte de todo lo que tengas fuera, de despreocupar. Sería como la marihuana terapéutica, ese rollo sería. Sabemos que cada uno tiene sus cosas, pero en el rato que estáis aquí, que no duela nada. Entonces, sería un medio de disfrutar y olvidar. Disfrutar y olvidar yo creo que sería.

QUIQUE MATILLA

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