"HUMOR ÁCIDO PARA TIEMPOS AMARGOS"
De esa forma habla Javier Gallego de su programa, el que dirige y presenta: Carne Cruda 2.0, en la Cadena Ser, y define el humor que hacen.
El periodista, músico y escritor, da un repaso a su vida profesional y opina sobre el periodismo y el humor, hablando de sus propias experiencias.
Para los futuros periodistas: "Tesón y paciencia", dice Javier en esta "carrera de fondo y a largo plazo", en la que él no se ha rendido aunque le animaran a dejarlo: "yo voy a seguir porque a mí, en realidad, es que esto es lo que me gusta y no sé hacer otra cosa".
Pregunta: ¿Qué profesión elegirías, la de músico, escritor o periodista?
Respuesta: En realidad todas. Las disfruto por igual y tampoco creo que tenga que elegir. Es verdad que la que me da de comer fundamentalmente es la de periodista, y las otras ocupan menos tiempo en mi vida precisamente por eso, porque tengo que dedicarme a darme de comer a mí mismo (risas). Hasta que consiga inventar esa manera de vivir del aire.
Pero creo que no tengo por qué elegir y además las tres son muy complementarias, porque yo en la radio hago algo que al mismo tiempo es muy literario, en muchas ocasiones, y muy musical, está muy relacionado con la música, no solo porque el contenido en el programa tiene un alto componente musical, sino porque además yo trato de hacer programas que suenen musicalmente, es decir, que tengan un ritmo casi de canción o de composición.
Y la escritura forma parte de cualquier periodista, es una de mis vocaciones. Yo, como tanto periodistas, me metí en esto porque quería escribir. Y la radio me lo permite porque yo trato de hacer un periodismo que esté muy bien escrito aunque sea en radio y también colaboro en algún medio escrito. O sea que en fin, ni renuncio a nada.
P: ¿En qué medio te sientes más cómodo?
R: Si me das a elegir entre radio y televisión, yo claramente soy un hombre de radio. Me he criado y he crecido aquí en la radio. Y mis experiencias en televisión han sido mucho más cortas y también más costosas, más traumáticas incluso en algún momento. La televisión es un medio difícil, en el que estás muy expuesto, sobre todo cuando sales en cámara y en el que además a mi entender hay demasiados intermediarios a veces para llegar al producto final. Es un medio mucho más complejo de realizar y yo a veces sentía frustración cuando elaborábamos un reportaje, una pieza, y veía que el resultado final difería mucho de la idea inicial. En la radio, ese proceso es inmediato, es mucho más artesanal. El propio locutor puede ser montador, realizador, seleccionar la pieza, desde el principio al fin y ser más dueño del resultado final. En ese sentido yo prefiero la radio. También me gusta el anonimato de la radio. Creo que la radio tiene una parte de imaginación que la televisión no tiene. Aún así, la televisión también tiene evidentemente muchísimas virtudes.
Y la escritura pues la verdad es que yo siempre he tenido vocación de escritor, y en los últimos años ya he publicado un libro de artículos, un libro de poemas... y es ahora por donde me gustaría tirar ahora más, ya que la radio la llevo haciendo pues ya 12 añitos o por ahí. Ya empiezo a ser un poco viejuno en esto, bueno no (risas), pero tengo que decir que siempre te gusta ir probando nuevos ámbitos en los que a lo mejor no te has desarrollado más. Yo me he dedicado muy profusamente a la radio para intentar hacerlo lo mejor posible y todavía me queda muchísimo que aprender.
P: Moviéndonos en este campo de la radio, ¿cómo surgió la idea de hacer carne cruda?
R: En realidad fue una petición que me hicieron desde Radio Nacional, donde yo había presentado un programa en Radio 3. Hace años, de ficción. Donde yo, posteriormente, presenté a la dirección ideas de formatos y de secciones y me dijeron: “pues mira, queremos meter en Radio 3 un programa para el oyente de Radio 3 contracultural. En todos los ámbitos, desde lo social a lo artístico. Que trates de buscar esos discursos alternativos, que no suelen aparecer en los grandes medios y que sí tendrían cabida en Radio 3 para su oyente". Y yo les presenté un proyecto, que además tenía mucho que ver con un programa que había hecho yo en verano en la Cadena SER. En una de esas sustituciones que se hacen en verano hice un programa que se llamaba Oigo Voces, donde yo intenté mostrar la cara B de la realidad. Traía a personajes poco conocidos, buscábamos en las contraportadas noticias que llamasen la atención, que fuesen desconcertantes, que fuesen novedosas. Que no fuera la agenda típica de la radio y del periodismo, a la que acudimos normalmente todos los periodistas. Ese programa me dio lugar a unos jugosos audios que yo luego utilice para preparar una maqueta con una explicación de cómo iba a ser Carne Cruda. Además la presentamos en un CD con una fotografía de un filete de carne y ponía un trozo de carne cruda, y en una caja envasada al vacío... en fin, hicimos toda una parafernalia para presentarlo y les gustó. Y me dieron la oportunidad, y me dieron libertad total para hacer lo que quisiera, que es muy difícil que te lo den. Afortunadamente, Radio3 ha tenido una enorme independencia porque al no estar en los grandes flujos de información y grandes flujos comerciales se nos permitía allí hacer experimentos. Ha sido muchas veces el laboratorio de radio de muchas cosas que después han tenido muchísimo éxito.
P: ¿Cómo podríamos definir el humor que hay en Carne Cruda?
R: Ácido (risas). Incómodo, tratamos de que sea políticamente incorrecto. Nosotros hacemos, más que nada, sátira. Porque hablamos mucho de la política y la sociedad en la que vivimos, y tratamos de ser afilados y agudos al hablar de ellos, es decir, no vamos tanto al chiste como a la reflexión; tratando evidentemente de ser humorísticos y cómicos, que te produzca la risa pero al mismo tiempo te la congele en el rostro y te haga reflexionar.
Es un humor que algunos oyentes aplauden mucho, pero también hay gente a la que le resulta excesivo. La sátira es un género que generalmente toca las narices, y eso nos ha valido no pocas bofetadas de vuelta, que las asumimos con deportividad porque es lo que toca, porque sabemos a lo que nos exponemos cuando haces un humor así, que es sin misericordia a veces.
Y creo que también es una respuesta necesaria y justa a una casta política y económica de este país que también es inmisericorde con el ciudadano, y nosotros en ese sentido creo que hacemos un humor del ciudadano indignado, ¿no?
Yo a veces digo que es humor ácido para tiempos amargos.
P: ¿Cómo influye el humor en el periodismo en general, en la relación que puedan tener?
R: Siempre han estado ligadas y unidas de la mano. En los periódicos hay tiras cómicas; siempre ha habido tiras que a veces son más alejada de la realidad y otras que están pegadas a la actualidad. Hay muchos humoristas gráficos que son grandísimos editorialistas. En la radio, por ejemplo, también ha habido siempre una plantilla de humoristas o de cómicos que dan esa mirada distinta a la realidad.
El humor, en lo que a mí me toca, es un escudo protector para poder decir ciertas cosas sin que te pongan una querella (risas). Quiero decir, el humor te permite decir las cosas con muchísima más claridad y llegar mucho más lejos que si lo dijeras de forma seria. De forma seria hay cosas que no se pueden decir; o que serían objeto, efectivamente, de un juicio o que podrían ser tomadas como injurias. Como están dentro de un envoltorio humorístico, nunca sabes si va en serio va en serio o en broma, y eso te permite a veces ser muchísimo más crítico. Y en ese sentido me gusta mucho el humor.
P: ¿Crees que te pueden tomar menos en serio por utilizar el humor?
R: También, también. También tiene su reverso tenebroso. Yo en la Cadena SER estoy haciendo las dos cosas. Estoy haciendo el programa que hacía, que esto lo hago online, y lo que sale a antena es la sección de sátira. ¿Eso puede hacer que en algún momento me tomen menos en serio? Pues sí, supongo que sí. Pero yo creo que como afortunadamente tengo otras facetas que son más o menos conocidas, que escribo opinión en otro medio, en eldiario.es, y que hago un programa online que también tiene bastantes seguidores y del que se habla todas las semanas porque es bastante viral, en ciertos círculos quiero decir, no es que esté toda España hablando de nosotros, pues creo que más o menos se compensa.
Si yo me dedicase únicamente al humor, sí que no se me podría tomar en serio como periodista, pero yo en realidad soy un periodista que guioniza y que tiene una pata humorística y no le importa reconocerlo. Y además creo que eso me permite decir ciertas cosas en el discurso, pero nunca he abandonado el periodismo para dedicarme al guión; yo no soy Buenafuente.
Porque además no tengo su capacidad de hacer reír. O sea, no soy un humorista nato en absoluto; soy más un tipo que escribe y tiene una cierta facilidad de oficio porque llevo muchos años haciendo esto. Yo como te dije antes empecé en la ficción, entonces llevo muchos años machacando el músculo este de la escritura de ficción, el sketch de humor… pero a lo mejor, en cierto sentido, esto más cercano a un personaje como puede ser Évole, sin querer hacer comparaciones, él es infinitamente más conocido y más grande, pero que somos gente que a lo mejor hemos rozado en algún momento el humor, pero estamos más del lado del periodismo.
P: ¿Crees que es muy complicado hacer esa unión entre las partes serias y las partes humorísticas?
R: No, tampoco. No creo que sea tan complicado. Hombre, si estás presentando un telediario o un informativo, pues no puedes ser el mismo que luego haga las voces del sketch de humor y que haga la comicidad o la imitación del presidente, pues no, evidentemente. Yo lo tengo bastante separado; en mi programa por ejemplo, en muchos de los géneros de humor no soy yo el que pone la voz, y si soy yo está separado suficientemente para que no rompa. Y además nosotros en realidad hacemos un magazine, no hacemos un informativo, lo cual te permite esa cintura; porque es verdad que a veces en algunos programas, aparte de estar presentando y de hacer preguntas serias, de repente aparezco en un sketch, bromeando. Yo creo que según el formato a veces es más incómodo o menos; pero vamos, a mí nadie me ha dicho “no tienes credibilidad porque haces humor". No me ha pasado. Creo que hay que saber engranarlo bien para que funcione, y nosotros me parece que más o menos lo sabemos hacer.
P: Si tuvieras que elegir a una persona para que participase en tu programa, ¿a quién elegirías?
R: ¿Una persona que participase en mi programa como colaborador, entrevistado o...?
P: Como colaborador habitual.
R: Jo... Madre mía, me has pillado. Bueno, Evaristo, de La Polla Records (risas); porque es un tipo muy ingenioso, sin pelos en la lengua, y entonces creo que si estuviera en la radio ahora mismo, con un lenguaje muy de la calle y una visión, no sofisticada, pero sin embargo muy clara y clarividente, es un tipo que tiene frases sembradas. Y creo que le daría una viveza... sería un gran personaje. Yo le he entrevistado dos veces y han sido dos de los hitos del programa. Incluso entre gente que no sabe quién es Evaristo y a lo mejor no comulgan nada con un tipo que viene del punto más radical. Pero es un tío muy fresco y muy divertido y te hace unos análisis de la actualidad, porque es un tío que lee los periódicos, muy muy radiofónicos y genera enorme interés. Además es un personaje de estos que no tiene pelos en la lengua, como decía antes, que es fundamental.
P: ¿Un consejo para futuros periodistas?
R: Tesón y paciencia. Siempre digo lo mismo. Esto es una carrera a largo plazo, es una carrera de fondo. Y trata de buscar tu propia voz, quiero decir, aquí nadie va a inventar nada. La radio, la televisión, la prensa están inventadas. Lo único que puedes es ofrecer tu propio punto de vista, tu propia voz, tu propia mirada. Trata de ser lo más tú que te dejen ser, que a veces no te lo dejan hacer. Y no te vengas abajo, no cejes, porque al final, como decía Camilo José Cela, sólo llegan los que quedan. Y en el periodismo, que es una profesión en la que hay muchos aspirantes, sólo llegan los que quedan. Más que un consejo, os he contado mi experiencia. Creo que si estoy aquí es porque no me rendí cuando me dijeron “retírate de esto que no va a suceder, que no va a sonar la flauta". Y dije “bueno, yo voy a seguir porque a mí en realidad es que esto es lo que me gusta y no sé hacer otra cosa".
JAVIER GALLEGO CRUDO

