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Sólo quiero desgarrar

Creo que mi cerebro lo piensa y le da igual el qué. “Desgarrar", dice. La forma de una garra, que amenaza, se pega a la piel, hace fuerza, se une con ella, la atraviesa y entonces... “desgarra". Remarca la ‘r', imagina el abdomen y brota la sangre. Pero todo lo piensa él. Si yo digo abdomen, pienso en lo de siempre, te pienso. Mejor hacer caso a lo que dice él. “Desgarra". Y en un punto común nos encontramos, y cambia su discurso. “Qué iluso eres, pensando que somos dos. La garra y el desgarrar son tuyos. Y han llegado porque la has vuelto a pensar". Y entonces me desgarré el cuello. Pero eso, sólo lo pensó él.

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