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Quien siembra vientos, muy tempestades y mucho tempestades

He de confesar que no hace muchas semanas me enteré de la edad de nuestro presidente, y eso que cumple los años el mismo día que yo. Son 60 primaveras las que cuenta ya Mariano Rajoy, y creo que esto se está empezando a notar. Hoy nos ha vuelto a dejar una de esas perlas que tanto nos gustan.




Y es que de los productores de 'Fin de la cita', 'No entiendo mi letra' y 'Muy españoles y mucho españoles' llega la nueva súper declaración de Mariano: "Es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde" (podéis leer la noticia aquí). Quizá como título no sea muy comercial, pero el autor nos ha vuelto a sorprender y tiene el éxito asegurado. Bueno, quizá ya la sorpresa sea que salga a hablar y no diga nada peculiar.


A Rajoy ya no le sirve ni leer. Incluso así se equivoca. ¿Cómo quieren que acepte ir a un debate con más de una persona? Si ya se lía hablando él solo. Cualquier día se rebatirá sus propios argumentos. Se sorprenderá echándose en cara sus propios escándalos de corrupción, mientras los demás diputados, asombrados por lo que ocurre, se despiertan o dejan a medias sus partidas en el Candy Crush.


Todo esto nos lleva a una conclusión. Ha llegado el día que más nos temíamos. Mejor dicho, que Rajoy más temía. Se ha convertido en un señor mayor, en un anciano. Uno de esos que tienen que ir al médico cada dos por tres, que necesitan pastillas y medicinas para mantenerse cuerdos y viven de una mísera pensión. Sí, los recortes han sido tan duros y Rajoy ha vivido tanto, que sus medidas ahora le están afectando a él mismo. Quién sabe si no es un plan macabro que Soraya ha estado tejiendo junto a Esperanza Aguirre. Quién sabe… son tantos los detractores de Mariano… y él ya no se da cuenta.

Parece que se avecina el fin de la vida política de Rajoy. Él mismo se cava su propia tumba, mientras todos sus compañeros le ayudan y traen más palas. Vive sus últimos coletazos aterrado. Los medios de comunicación y mucha gente le critican por no salir a declarar, por no hablar en público, por no contestar preguntas… pero no se dan cuenta de que lo está pasando mal. Es un mártir de su propio castigo, se ha cortado con la tijera que él mismo estaba usando. Y mientras unos ven cobardía y falta de respeto en comparecer a través de un televisor de plasma, yo veo buenas intenciones y amor por los demás. Porque aun a riesgo de hacer el ridículo, Mariano salió en el plasma para evitar contagiarle a los demás las enfermedades que no puede curar por los recortes en sanidad.


Hoy no pido el voto para Mariano Rajoy. Solo pido respeto, para él y para nosotros mismos. Y si aún nos queda algo de eso en nuestro interior, dejaremos que se vaya de la política para no volver. (Fin de la cita)

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