El juego de las parejas
Las personas somos animales. No hace falta más que ver frente a ti a una pareja que piense que está enamorada.
Somos como leones, como perros, como cualquier criatura que pueda acariciarse con otra de su especie.
Quizá la única diferencia sea el vacÃo diálogo que no te deja pensar por las burbujas de sangre que se inflan en tu cerebro.
Hasta que tomen rumbo más allá, para partir a una guerra con poco cuartel, que nos ancla a nuestro instinto y a nuestra condición de animales.
Preguntas absurdas y sonrisas sin más sentido que recrearte en tu propia insensatez. La que ha sido concebida a raÃz del viaje de tu sangre.
Dile adiós a la razón más desesperanzada y asquerosa. Y saluda a tu felicidad, que con la ignorancia te espera sin ninguna prisa de que te des cuenta de que todo es un espejismo.